Foto a color de una mano sosteniendo una hoja de achicoria (Cichorium intybus). Creative Commons atribución 4.0 internaciona
Mano de Gabriele sosteniedo una hoja grande de achicoria. Tivoli (Viaje a Edén)

Aprender a reconocer plantas silvestres comestibles


En esta entrada explicaremos con todo detalle como aprender a reconocer plantas silvestres comestibles. Nuestra intención es la de proveer informaciones completas, claras y sencillas, a quienes se están iniciando en esta disciplina y no tienen ningún conocimiento de botánica, ni experiencia, ni ayuda o referencia concreta. Por esto hemos elegido una escritura coloquial, que prefiere giros descriptivos al uso de palabras técnicas.
En concreto, trataremos los primeros pasos y dudas, o sea por donde empezar, las fuentes de información y estudio para identificar las diferentes especies, como se procede a la identificación de un ejemplar en el campo y las diferentes situaciones reales en las que te podrías encontrar, todo acompañado por consejos prácticos que te harán más liviano el aprendizaje.
Queremos también apuntar un hecho: hace alrededor de 12.000 que los seres humanos cultivamos plantas, durante los 300.000 años previos que constituyen la mayor parte de nuestra historia, recolectábamos lo que el entorno nos ofrecía: estás tomando parte en una de las tradiciones más antiguas que guardan los seres humanos.

Tabla de contenido

Por dónde empezar: entrenar un poco cerebro y sentidos.

Aprender a reconocer plantas silvestres comestibles es una actividad que se basa en el uso de los sentidos, los sentidos se entrenan a través de la práctica. Aprovecha las posibilidades que te ofrece tu entorno, si es campo mejor, pero si no lo tienes cerca o no puedes ir, cualquier descampado, jardín, parterre o alameda puede ser al caso, muchas plantas comestibles como el Diente de León o el Amaranto crecen en plena ciudad, a menudo en la propia acera.

Párate unos minutos, toca, huele y observa plantas y flores con detenimiento, enfréntalas con otras, también si no sabes que plantas está observando tu ojo despacio aprenderá a fijarse en los detalles y a “ver mejor”, el olfato se hará más fino, el tacto percibirá la textura con más claridad, todos tus sentidos se refinarán y tu cerebro comenzará a captar diferencias y similitudes que antes no podía percibir. El mercado, las macetas que tienes en el balcón, una floristería, cada minuto que gastas en la observación atenta de un vegetal te será útil. Es un comienzo fácil porque no requiere conocimientos previos, es un paso previo e invaluable al conocimiento. Un segundo paso muy sencillo y muy útil es leer las descripciónes botánicas de plantas que ya conoces, como espinaca, calabazín o tomate: tomará confianza con el lenguaje técnico y comprobarás como se intenta traducir en palabras la realidad física de las plantas.

Planta de Borraja (Borago Officinalis) a los pies de un árbol en un aparcamiento en Sevilla. Creative Commons atribución 4.0 internacional
Ejemplar en un aparcamiento cerca de Parque Amate, Sevilla (Viaje a Edén)

Fuentes de información: jardines botánicos, guías de campo, páginas internet

Los parques y jardines botánicos nos ofrecen la mejor fuente de información para aprender a reconocer plantas silvestres comestibles: la realidad. En un Jardín botánico puedes tener experiencias de la planta a todos los niveles, por eso constituye la forma más sencilla y efectiva de aprender a reconocer plantas silvestres comestibles. Una buena guía de campo es una gran compañera. Hay muchas publicaciones de toda calidad, tamaño, precio. Te aconsejamos, si tienes la posibilidad, de utilizar una guía con foto y una con dibujos científicos, de esta forma tendrás una información más completa y verificable. Si estás viajando a pie, como nosotros normalmente, el peso podría asustarte, pero tienes la opción de llevarte un PDF. Cuando eliges la guía, cuida de que tanto las fotos como los dibujos tengan un tamaño suficiente para ver los detalles de la planta, y que la organización de la información sea clara. Las especies pueden estar agrupadas por familia y género, por zona de crecimiento u otros parámetros; sea lo que fuese la organización de la información tiene que resultarte clara y cómoda, un poco porque te pasarás una vida entera consultando el libro, un poco porque de otra forma no encontrarías nada. Internet es una mina de informaciones y fotos; evalúa constantemente la fiabilidad de la información, también la que te estoy proporcionando, cualquiera puede abrir una página o un blog y escribir cualquier cosa. Ten cuidado también con la sobredosis de información, en internet hay una cantidad asombrosa de información. De última yo no me saltaría la consulta en bibliotecas públicas cercanas, a menudo tienen publicaciones sobre flora y fauna de la zona, sobre todo si hay parques o reservas naturales, esto reduce el número de especie en las que fijarte al comienzo y sobre todo son las que encontrarás más facilmente en tu entorno.

Manos recogiendo Alcaparras de la alcaparra (Capparis Spinosa) Creative Commons atribución 4.0 internacional
Recolectando alcaparras, Álora, Málaga (Viaje a Edén)

Como se reconocen las plantas silvestres comestibles y tóxicas

Comenzaremos con un análisis detallado del ejemplar. Las plantas son seres complejos hechos por muchos elementos; tienen olor, consistencia, color, tamaño, sabor, acompañan a otras plantas o crecen en determinados entornos; por eso una planta no se observa: tenemos experiencias de ella a través de todos los sentidos. Las plantas hay que olerlas, tocarlas, mirarlas, saborearlas (escupiendo después y si sabes que no te estás metiendo en la boca algo que puede ser dañino con solo máscarlo como el arum italicum) y hay que hacerlo una y otra vez, no solo para aprender, sino para que la planta se grabe en tu memoria. Para establecer la especie a la que pertenece, analizaremos detenidamente las distintas partes y características de la planta; el listado que sigue sirve solo para darte una idea general de como analizar la morfología de una planta, no tomarlo como algo que hay que memorizar:

  • Flor. Cuando las hay son un elemento tan característico que a menudo quita cualquier duda. Pétalos y pistilos varían en número, forma, tamaño; las flores pueden crecer en grupo o aisladas, pueden mirar hacia abajo o hacia arriba, pero son siempre bonitas.
  • Fruto y semillas. Pueden tomar las más variadas formas, tamaños, consistencias, sabor, color. Sobre todo los frutos son elementos muy distintivos y extremadamente fáciles de reconocer.
  • Tallo, puede ser grueso, duro, hueco, con interior esponjoso, glabro, con pelos, fibroso, solitario como en el Diente de León o con ramificaciones como en el Hinojo y a veces simplemente no hay.
  • Hojas, sésiles o pecioladas, simples, compuestas, ovaladas, sagitadas, lineales, gruesas, finas, carnosas, con pelo o glabra, con un color diferente por cada lado, caídas.
  • Raíz, gruesa, fina, muy ramificada, a veces presenta un rizoma como el jengibre
  • Color. A menudo cada parte de la planta tiene un color diferente, el verde del tallo puede diferir del verde de las hojas. En algunas especies la misma parte de una planta presenta diferentes colores, como la base del tallo blanco y el resto verde, o una hoja verde con mechas violetas. El color de cada parte puede variar con la edad de la planta, siendo a menudo las hojas más jóvenes más claras que las viejas. Ten en cuenta que el color puede variar mucho según las variables ambientales.
  • Olor. No solo la flor, sino la planta entera tiene su propio olor.
  • Sabor. Es muy característico y puede solucionar dudas, por ejemplo la acedera tiene un punto ácido o alimonado que la distingue de otras plantas del mismo género; la uña de gato recuerda a las judías verdes y tiene tanto tanino que te astriñe la lengua, la rúcula es picante y amarga, las hojas de bardana son más amargas que el hígado de una pareja celosa.
  • Consistencia de las partes. Dura, suave, lisa, glabra, con pelo, con espina, áspera.
  • Tamaño. Habrá casos de gigantismos y enanismos, pero el tamaño dice mucho, un Diente de León nunca medirá un metro de altura.
  • Entorno. Es otro elemento que “canta”, si sabes que la planta crece en climas muy secos, raro será verla en Galicia, si no le gustan los terrenos húmedos no la verás por la ribera de un río
  • Crecimiento. Pueden crecer en grupo o aisladas, pueden trepar, alargarse por el suelo o apuntar al cielo para saludar a los pájaros.

Analiza detenidamente cada aspecto, fíjate en cada detalle, hay especies similares pero ninguna es igual que la otra. Otra vez el Diente de León nos ofrece un ejemplo útil con sus hojas: si las hojas tienen los «dientes» hacia arriba es Diente de León, si los «dientes» van hacia abajo es un primo hermano.

Después de haber analizado el ejemplar tendremos que establecer la especie de pertenencia; para hacerlo tendremos que confrontar nuestro análisis con una buena descripción, una foto, un dibujo o un ejemplar real de la misma planta visto en un jardín botánico, una huerta o cultivo, o que alguien nos ha proporcionado. Fotos y dibujos son especialmente importantes, pero en las fotos no se aprecian ni los olores ni la consistencia de la planta: cruza siempre la foto con una buena descripción de la planta proporcionada por tu guía de campo o una página web como la que estás leyendo. Si puedes usa más fuentes, un poco porque cada maestrillo tiene su librillo, un poco porque una foto y una descripción que a mí me parecen claras podrían no serlo en absoluto para ti.

Es extremadamente importante tener presente que las plantas son seres vivos y, como todos los sere, entre un ejemplar y otro de la misma especie puede haber diferencias consistentes aunque no substanciales: tanto las descripciones que lees, cuanto las fotos que ves, tómalas como un estándar; terreno, clima, edad, son solo algunos factores que influencian el crecimiento de una planta.

A menudo una especie botánica tiene un o algunos caracteres especialmente distintivos, algo que “canta” fuerte, eso podría ser una flor muy peculiar, como la Borraja, pero también un olor, un color, la consistencia, la presencia de pelos, el tener el tallo hueco o no, en el caso del Diente de León tenemos el látex, o sea, si no hay látex no es Diente de León. Por eso, insisto una y otra vez, es determinante utilizar todos los sentidos y “tener experiencia” de la planta. No tener prisa, ármate de paciencia, se necesita un poco de experiencia para afinar los sentidos, las primeras identificaciones son las más complicadas, planta a planta será más fácil y rápido.

Foto a color de hojas de cerraja, diente de leon y achicoria para ver las diferencias.Creative Commons atribución 4.0 internacional
Hojas de cerraja, diente de león y achicoria recolectadas en Parque Amate, Sevilla (Viaje a Edén)

Las situaciones reales a la hora de recolectar

En la práctica puedes encontrarte en dos situaciones:

  1. Estás en el campo/jardín/parque, te encuentras con una planta y quieres saber qué especie es y si puedes comértela.
  2. Estudiaste una especie en una guía o una página internet y sales en busca de ella.

En la primera hipótesis puedes proceder hojeando tu guía de campo hasta tropezar con la especie, proceso que requiere tiempo, puede marear un poco y confunde, pero todavía funciona. Una opción más elegante es estudiar previamente las características de las familias botánicas; esto te permite, después un primer análisis, reconocer el género de la planta y reducir de forma drástica el número de entradas de tu guía/página internet que tienes que consultar. Otra opción menos elegante pero también viable, es intentar con el google lens o una app. App y google a menudo se confunden, sobre todo si la planta no está en floración/fructificación, pero algunas veces, te permiten averiguar el género de la planta o darte un abanico de posibilidades más reducidas y manejables.

La segunda situación que se da es estudiar previamente una especie y salir en busca de ella. Es una situación más fácil, pero tiene sentido, por lo menos para quien se está iniciando, solo si la especie es común en el entorno donde sales a buscarla; de todas formas prepárate a salir al campo una y otra vez hasta dar con el blanco. Es importante tener muy claro el ambiente en que se cría la planta; parece tonto decirlo, pero si a la planta que buscas le gustan los suelos secos y poco húmedos difícilmente la encontrarás en la ribera de un río. Tener un mínimo de conocimiento de la composición del terreno donde harás tu búsqueda podría ahorrarte salidas infructuosas.

Foto color como recoger higos chumbos. Creative commons atribuci´n 4.0
Recolectando higos chumbos en el Algarve (Viaje a Edén)

¿Por cuales plantas podrías comenzar?

No teniendo en cuenta las especies que ves y que llaman tu atención, nuestro consejo es comenzar por especies comestibles que son comunes en las zonas y temporadas donde prácticas. Hay muchas guías que se enfocan en un entorno concreto, que puede ser una comunidad, serranía, parque natural, u otra área geográfica como la costa Mediterránea o el Litoral Atlántico. Normalmente los parques y reservas naturales tienen páginas internet, PDF elaborados por las instituciones, o guías que puedes fácilmente encontrar en una biblioteca local, de donde sacar una lista de las especies botánicas que crecen en el entorno del que se ocupan; normalmente el número no es demasiado grande. Por ponerte un ejemplo, en el Parque Natural de Aracena y Picos de Aroche crecen 50 especies bótanicas; con una buena guía de campo de plantas silvestres comestibles, o con la ayuda de internet más un poco de paciencia, puedes fácilmente averiguar cuáles plantas de esta lista son comestibles; después de esta criba tendrás una lista concreta hecha por un número reducido de plantas que se encuentran en un entorno cercano a ti. A nuestro aviso es la forma más fácil y efectiva de comenzar. De todas formas y por si acaso, te dejo aquí una lista de plantas muy fáciles y que se encuentran prácticamente por todo el país con un link a una entrada donde puede encontrar todas las informaciones para aprender a reconocerlas.

  1. Acedera
  2. Achicoria
  3. Bledo o Amaranto
  4. Borraja
  5. Chumbera
  6. Diente de León
  7. Hierbabuena
  8. Hinojo
  9. Malva silvestre
Foto a color de hojas al revés de acedera, rumex acetosa. Creative Commons atribución 4.0 internacional
Recolectando hojas de Acedera , Nigrán, Galicia (Viaje a Edén)

Cuando es mejor practicar

Las plantas tienen ciclos, muchas brotan o se pueden recolectar en periodos concretos del año, sobre todo en primavera a mediados de otoño, otras son anuales y se pueden recolectar a lo largo de las 4 temporadas, esto quiere decir que el invierno es el momento que menos plantas se encuentran en los campos.

Los primeros pasos son siempre los más emocionantes, pero también los más difíciles, para facilitarnos la tarea podríamos elegir la temporada de florescencia o de fructificación para aprender a reconocer una determinada especie; flores y frutos son más difíciles de confundir que las hojas o tallos, a menudo, no siempre.

Puede pasarte de olvidar como reconocer una especie, si pasa demasiado tiempo entre la primera vez que la recolectas y las siguientes: practicar con cierta regularidad te ayudará mucho a fijar las informaciones hasta que las plantas comienzan a grabarse en tu memoria de forma indeleble.

Raiz de Rábano silvestre o rabaniza (Raphanus Raphanistrum) pulida y antes de prepararla
Raíz de Rábano Silvestre pulida antes de la preparación, Bagni di Tivoli, Italia (Viaje a Edén)

Algunos consejos para el autodidacta

  • Para tomar confianza con Reconocer Plantas Silvestres Comestibles podrías empezar por el mercado o una huerta. Lee detenidamente la descripción botánica y observa dibujos y fotos de plantas comunes como el ajo o la hierbabuena y enfréntalas luego con la realidad. Te darás cuenta de forma muy sencilla como se intenta trasladar la realidad en palabras e imágenes y comenzarás a tomar confianza con el lenguaje técnico que utilizan los botánicos, o sea, quienes escriben las guías de campo.
  • Lee las descripciones de las plantas detenidamente y más de una vez, evaluando cada palabra. Si tienes posibilidad confronta varias fuentes, es lo de siempre, un verde puede ser claro para mí y oscuro para ti, una hoja muy alargada o simplemente alargada, un olor fuerte o tampoco tanto; las palabras son un medio de comunicación extremadamente potente pero ambiguo. Mientras lees una descripción mira constantemente fotos y dibujos, párate, cada detalle debería que cuadrar, cada información debe quedarte clara. Fíjate en las palabras: “puede presentar” es muy diferente de “tiene”, “a menudo” no es “siempre”.
  • A pesar de que el riesgo de envenenarte seriamente es bastante bajo (son pocas las plantas mortales en relación con el total) en la duda no comerte nada, nunca, para ti no tiene que existir el “creo que” o el “debería”: tienes que estar seguro al 100%. Si conoces a alguien que puede solucionarte las dudas, recoge una parte de la planta y guárdala en un lugar separado de las buenas para enseñársela. Una habilidad para complementar, y muy útil, para reconocer plantas silvestres comestibles es aprender a reconocer plantas silvestres muy tóxicas o venenosas.
  • Tienes que ser totalmente analítico, esto tarda tiempo.
  • No te marees, hay una cantidad asombrosa de plantas y árboles, concéntrate en pocas especies de fácil reconocimiento y que puedas encontrar fácilmente en tu entorno, memoriza lo aprendido y pasa a la planta siguiente.
Foto a color de dos gajos de un Puerro Silvestre o Ajoporro (Allium ampeloprasum L.), Creative Commons atribución 4.0 internacional
Recolectando ajo porro (Viaje a Edén)

Respeta el medioambiente

Hazlo para ti, para cuidar de tu entorno y de tu propia vida. No recojas especies protegidas o raras, tampoco especies que aun no siendo raras se encuentran pocas en la zona donde estás recogiendo. Evita recoger plantas demasiado jóvenes. Si recoges hojas intenta recoger varias hojas de varias plantas así no matarás ninguna. Arranca la planta solo si necesitas su raíz.

Cursos y asociaciones

Escribimos estas páginas con las mejores intenciones, pero ninguna página o libro llegará a ser bella como la experiencia humana, ni tan efectiva. No se trata solo de intercambiar informaciones, a través de palabras y miradas las personas nos comunican sus vivencias, sus emociones, parte de los recorridos de sus vidas: nos enriquecen. En muchas provincias existen asociaciones de aficionados o personas/ayuntamientos que organizan cursos, jornadas, lecturas, etc para aprender a Reconocer Plantas Silvestres Comestibles. Si tienes una asociación u organizas cursos o estás buscando otros aficionados para compartir tu pasión, puedes postear tus contactos en los comentarios: con el tiempo nos gustaría crear una lista pública de contactos dividida por comunidad.

Foto a color de una mano sosteniendo una hoja de achicoria (Cichorium intybus). Creative Commons atribución 4.0 internaciona
Midiendo una gran hoja de achicoria antes de recolectarla, Tivoli, Italia (Viaje a Edén)

La experiencia se adquiere con el tiempo y despedida

Ármate de paciencia, aprender a reconocer plantas silvestres comestibles no es tan complicado, pero necesita tiempo. Esta breve página es en absoluto exhaustiva, fue escrita con la intención de facilitar los primeros pasos, piénsala como una muletilla, un pequeño soporte para facilitarte el camino. Disfruta con plenitud de tu aprendizaje, las plantas, más allá de ser un alimento, nos permiten relacionarnos con el entorno natural de una forma más profunda, que va más allá de un paseo para disfrutar de la belleza, volveremos a nuestras raíces, a aquel mundo de los ancestros que tan a menudo ocupa los sueños de nuestra sociedad: seremos un animal más que busca su sustento y supervivencia en el entorno natural.

Foto a color sacando raíz de Bardana (Arctium Minus) Creative Commons atribución 4.0 internacional
Recolectando raiz de Bardana Menor, Valle del Babia, (Viaje a Edén)

Escrito por Gabriele Burchielli y Carmen Ruz Rábade

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