Vista de la última frontera de Europa, con el Djebel Musa, un barco cruzando el estrecho de Gibraltar y el rompeolas del Puerto de Tarifa, pronto saldrá la Luna Llena
Estrecho de Gibraltar desde el Paseo de Las Palomas, Tarifa (Viaje a Edén)

Tarifa. Un nuevo comienzo desde la última frontera

¿Última o primera frontera? Todo vuelve al comienzo y es siempre nuevo: el pasado se muerde la cola, el presente se despierta en la casa de la memoria: mi alma se revuelca como una niña en la arena del tiempo que parece hoy haber dejado su obtusa constancia de fluir hacia una sola dirección. Tarifa, último término de nuestro mundo, última frontera de Europa; hace años empezó aquí nuestro estar juntos, otra vez hoy y aquí se renueva aquella promesa y comienza un viaje nuevo, ayer como hoy fue un día de primavera que brilla como los ojos de un adolescente. Una página del diario conserva una instantánea de palabras que nos acompañará hasta el final:

“Hicimos el amor en los pinares. Fue nuestra primera vez. No fue elegido, la piel lo quiso. Sin saber, sin prever, la amistad pasó del alma al cuerpo, la mente calló liberando la voluntad de la carne: fuimos poseídos por la sangre. Sentía los granos de arena mojarse de sudor entre mi cuerpo y el suyo. Nuestros jadeos, el sonido de las olas y del viento, la voz de la gente en la lejanía, todo se confundía en una sola belleza, un solo latido de perfecta simetría revelada en el relámpago de un orgasmo. Nuestra inconsciencia abrió un camino hacia la pureza, hacia una verdad esencial y simple: la vida debe mantener vivo el mensaje guardado por el ADN, para que el juego no pare todos debemos morir.”

Tarifa, última frontera de Europa, atardecer sobre el Djebel Musa, la Luna llena se entreve en la claridad del cielo
Atardecer desde el camino de Algeciras, al lado del Puerto de Tarifa (Viaje a Edén)

Son casi las nueve de la noche, el Sol está a punto de saltar al otro lado del mundo, más allá de las fronteras del cielo. Estamos mordisqueando una manzana cerca del paseo al lado del puerto de Tarifa; en frente nuestra un estrecho brazo de mar es todo lo que hay entre Europa y la gran noche Africana; sopla un poniente ligero. Llena, mojada de agua todavía, ligera como si fuese de papel, la luna ha salido del mar, la luz del Sol que muere y de la Luna que nace vierte sobre la costa Marroquí colores huidizos e irreales. En el paisaje mórbido, que el atardecer dibuja, la gran mole del Djebel Musa marca un punto fuerte del paisaje, como si fuese un extraño “norte” terrestre; los antiguos lo creían una de las columnas de Hércules, la otra, el Monte Calpe, era el Peñón de Gibraltar: este paisaje era la última frontera, el fin del mundo conocido. Hacia oeste el Atlántico abre caminos al nuevo mundo, a la izquierda comienza lo que será el terreno de nuestra búsqueda: el Mediterráneo. La noche ha metido sus manos en el agua, la mar es oscura ahora, un espejo negro donde brilla violenta la Luna. La Noche, la Luna, la Montaña y el Mar, todo parece una promesa, como si algo del paisaje estuviese susurrándonos, como si una lenta, y delicada atracción inclinara el eje de nuestro espíritu hacia el oriente. No tenemos dudas: nuestro camino es esta agua

Tarifa, 5 de mayo 2023

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